18 DE junio de 2021

Francesa, Invierno, Sopas

Soupe à l’oignon

Hay gente que logra ser dulce sin llegar a ser empalagosa. Esa es la que más me gusta. La que vive sin miedo a demostrar cariño, dejando un trazo de alegría a donde sea que vaya; sin arribar, claro, al punto de escribir poemas rebuscados y relatar exageradas declaraciones de amor.

Uno pensaría que este plato, por su naturaleza francesa, entraría en la categoría de dulce rayando en lo empalagoso ¿saben?… como los hombres franceses, de esos que te dicen poemas. Pero al encontrar la receta indicada puede sorprendernos con una dosis justa de dulzor y un equilibrio capaz de provocar un hormigueo “à la française”; similar a lo que sientes cuando alguien susurra palabras dulces —no empalagosas— a tu oído. Y es que la combinación de la cebolla perfectamente caramelizada, el vino blanco para cocinar en armonía y el queso gruyère gloriosamente gratinado… puede que sea una de las experiencias culinarias más exquisitas que hay. Y esto se lo atribuimos —nada más y nada menos— que a los empalagosos cocineros franceses: quienes con sus poemas rebuscados y exageradas declaraciones de amor lograron inventar un plato que representa a su romántica, dulce y encantadora cultura francesa.

Soupe à l’oignon

Receta de Mandoka

Ingredientes

  • 4-6 PERSONAS
  • 6 Cucharadas de mantequilla – aproximadamente 80g.

  • 2 Cucharadas de aceite de oliva

  • 1.5 Kg Cebolla – Rebanadas en tiras muy, muy delgadas. *La cebolla amarilla o “Vidalia” se carameliza mucho más rápido que la blanca, pero ambas dan un buen resultado.

  • 1 1/2 Tazas de vino blanco – el que estés tomando.

  • 1.5 L Caldo de res – de preferencia casero, que tenga muy buen sabor.

  • Una hoja de laurel

  • 10 Ramitas de tomillo

  • 2 Trozos gruesos de baguette por persona

  • Un diente de ajo

  • 120g Queso gruyère + (opcional) Parmigiano Reggiano para gratinar

  • Sal y pimienta

Instrucciones

  • En una olla, derrite la mantequilla junto con el aceite de oliva. Agrega la cebolla e inmediatamente sazona con un poco de sal. Permite que se caramelicen a fuego lento hasta que hayan reducido considerablemente en volumen y sean del color del caramelo. Debes estar muy pendiente y constantemente moverlas para que no se quemen. Si comienzan a pegarse un poco en el fondo de la olla, raspa lo quemado con una cuchara de madera y sigue revolviendo. El truco de esta sopa es ser paciente para que la cebolla se caramelice lo suficiente.

    Ahora agrega el vino blanco para desglasar los residuos quemados y permite que se evapore por unos minutos. Agrega el caldo de res, las hierbas y cuando comience a hervir déjala tapada a fuego lento por una hora y media.

    En lo que la sopa está lista, tuesta los trozos de baguette en un sartén con un poco de aceite de oliva. Cuando siga caliente, úntales un diente de ajo picado por la mitad (como si estuvieras haciendo pan tomate) y aparta.

    Cuando la sopa ya haya hervido lo suficiente, retira las hierbas y rectifica sazón. Sírvela en platos que se puedan meter al horno y coloca los trozos de pan en la parte superior.

    Inmediatamente ralla abundante queso gruyère y si quieres puedes finalizar con un poco de Parmigiano Reggiano. Gratina hasta que el queso esté dorado pero no permites que se seque.

    Retira del horno y decora con flores de tomillo y pimienta negra recién molida.

Notas

  • Viognier, chardonnay o algún blanco de Côtes-du-Rhône, Bourgogne o Alsace.