28 DE JUNIO DE 2021
AMERICAN, AVES, INVIERNO, OTOÑO, SOPA
Sopa de arroz salvaje
—Cuando sea grande, quiero ser un ingrediente interesante, cultivado, cálido y poderoso, de esos que se sientan en un trono con multitudes que glorifican su presencia.— Un poco ambicioso, ¿no crees?— respondió el champiñón al presenciar la fuerte declaración del arroz salvaje. Ambos hervían a fuego lento en compañía de los otros miembros de la comunidad de la sopa, disfrutando el pasar de los minutos —que ellos percibían como años— por tratarse de la trayectoria de su efímera vida vegetal.
Con el paso del tiempo, algunos ingredientes maduran y envejecen, mientras que otros llegan en su plena juventud, recién arrancados del jardín. Estos últimos se caracterizan por su carencia de perspectiva: viven una vida pasional colmada de placeres instantáneos y conductas un tanto rupestres. Porque son jóvenes. Pero el arroz salvaje, desde el día en que fue separado del arrozal, veía la vida de una manera distinta y poco común entre los ingredientes de su generación: él apreciaba el arte, se emocionaba por el futuro y le brillaban los ojos al pensar en todo lo que le podría aportar a la receta en la que le tocara pasar sus últimos años. No le importaban las miradas escépticas del champiñón, pues estaba muy enfocado en sus metas y en su proyecto de vida.
Cuando vean que el arroz salvaje ya está en el punto de cocción que les gusta, tienen que probar la sopa. No se sorprendan si su mirada se queda hipnotizada en el vacío y salen sonidos eróticos, indiscretos e involuntarios de su boca… es lo normal. El arroz salvaje le da un aire terroso e irresistible que convierte a este plato en un manjar digno de emplatado en vajillas de @rabiclay .
Todos los ingredientes estaban sorprendidos, no se esperaban este nivel de lujo y alabanza. Pero el arroz salvaje no lo estaba. Con una sonrisa impresa en el rostro y sin decir ni una palabra, volteaba a su alrededor apreciando la recompensa de años trabajando en mejorar como ingrediente: ahora estaba en su trono, con multitudes que glorificaban su presencia.
Sopa de arroz salvaje
Ingredientes
- 6-8 PORCIONES
- PARA EL POLLO Y EL CALDO:
800g pechuga de pollo con hueso o 400g pechuga de pollo sin hueso
Una cebolla – cortada en trozos grandes.
Un poro – con todo y la parte verde. Córtalo longitudinalmente y enjuágalo bien para retirar la tierra entre las capas.
*Opcional: apio, zanahoria o cualquier ingrediente que tengas a la mano y creas que le pueda dar buen sabor.
- PARA LA SOPA:
2 cucharadas de mantequilla
Media cebolla grande (175g) – cortada en cubos.
2 ramas de apio (100g) – cortadas en cubos.
Media zanahoria grande (100g) – cortada en cubos.
2 dientes de ajo grandes – cortados groseramente.
Un chorrito de vino blanco
2 litros del caldo de pollo que hiciste
225g hongos cremini/ baby bella – sin el tallo (no tires los tallos, guárdalos para tu siguiente caldo) y fileteados.
250-300g del pollo deshebrado que cocinaste
5 ramitas de tomillo fresco del jardín
Una taza de arroz salvaje – debe ser 100% arroz salvaje, no una mezcla.
1/4 taza de crema fresca
2 cucharadas de maizena
Un limón amarillo
Un puño de perejil – cortado groseramente
Instrucciones
- PARA EL POLLO Y EL CALDO:
Esto lo puedes hacer con días de anticipación o el mismo día que vayas a hacer la sopa, tú decides. Vas a poner en una olla grande las verduras y el pollo, un poco de sal y lo vas a cubrir con agua fría. Colócalo a fuego alto y una vez que hierva, déjalo a fuego lento por una hora y media o hasta que el pollo esté bien cocido. Deshebra el pollo y cuela el caldo para usarlos después en la sopa.
PARA LA SOPA:
En una olla grande, derrite la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva y agrega la cebolla, el apio, la zanahoria y el ajo. Sazona con sal y pimienta y sofríe por unos minutos. Aumenta la temperatura y agrega un chorrito de vino blanco para deglazar el fondo de la olla.
Cuando la mayor parte del vino se haya evaporado, agrega el caldo de pollo, los hongos, el pollo deshebrado y las ramas de tomillo. Una vez que hierva, déjalo a fuego lento por 20 minutos.
Rectifica sazón y agrega el arroz salvaje, deja que hierva por media hora o hasta que el arroz esté en el punto de cocción que te guste (como es arroz salvaje, debe sentirse ligeramente duro. Si los granos se salen un poco de la cáscara no pasa nada).
Incorpora la crema con la maizena y coloca la mezcla en una olla pequeña. Prende la lumbre a fuego lento para calentar ligeramente la crema y agrega un chorrito de la sopa caliente, mezclando rigurosamente con un batidor de globo. Incorpora un cucharón entero del caldo caliente y, cuando veas que no queda ningún grumo, agrégala a la sopa. Este paso se llama temperar, y es para evitar que se corte la crema (aquí incorporamos de una vez la maizena para que no se hicieran grumos).
Apaga la lumbre. Agrega la ralladura de medio limón amarillo, unas gotitas de su jugo y un puño de perejil. Prueba tu sopa, debería sacarte un suspiro de placer. Rectifica sazón y disfruta.
Notas
- Yo escogería un pinot noir o un chardonnay.